Collin*
Liam guió a Collin hasta su tienda, y cada paso parecía una carga insoportable. El aire a su alrededor estaba denso, saturado de emociones reprimidas y verdades dolorosas. El macho estaba tenso, y ella podía sentir la furia y la confusión emanando de su cuerpo como una tormenta a punto de estallar.
Apenas entraron, él se detuvo en el centro de la tienda, con los puños cerrados a los costados. Su pecho subía y bajaba con fuerza, y el silencio entre ellos rugía más que cualquier palabra. Luego apoyó las manos sobre una pequeña mesa en la esquina, manteniéndose de espaldas a ella.
"¿Cómo te llamas?" La pregunta salió baja, ronca, casi peligrosa.
Collin tragó saliva. Su garganta ardía. Ya se lo había dicho tantas veces, y ahora parecía algo tan lejano, tan irreal.
"Collin" susurró, viendo cómo los hombros de él se tensaban aún más.
Liam pasó las manos por el cabello, bufando.
"Dioses… qué estúpido fui." Siguió de espaldas, los músculos de su cuello tensos como cuerdas a punto de r