Capítulo 38 —El penthouse
Narrador:
A las diez en punto, Nerón estacionó frente a la entrada principal de la universidad. No tocó la bocina. No bajó del coche. Solo apagó el motor, se acomodó en el asiento con esa impaciencia contenida tan suya, y fijó la vista en las puertas de acceso. Pasaron cinco minutos, luego diez, pero Cleo no salía. El gesto en su rostro cambió de neutralidad a irritación con elegante lentitud. Sacó el móvil del bolsillo y escribió un mensaje breve, sin adornos.
"Estoy afuera. No me obligues a entrar y sacarte a rastras, porque sabes que lo haré."
La respuesta no se hizo esperar.
"Ya salgo."
Nerón soltó el aire con un suspiro apenas audible y dejó el móvil sobre el tablero. No volvió a escribir, no insistió, solo esperó.Quince minutos después, la puerta principal se abrió. Cleo apareció con una mochila colgada al hombro y el cabello recogido en una coleta baja. No vestía nada llamativo. Jeans, camiseta negra, zapatillas. Y, aun así, su sola presencia parecía a