Llego a casa y la observó en la cocina viendo en dirección de Lo niños que estaban en los cuneros en la sala, tanto ella y yo siempre lo teníamos, por eso compramos otros cuneros y lo teníamos allí, donde ella los podía ver cuando cocinaba.
—Hola, pequeños— Me acerco a ellos y tomo en mis brazos a mi pequeño Thiago— Como está el hombrecito de la casa —Sonríe al verme y lo llenó de beso.
—Estás muy feliz
—Para la madre también hay —Río.
Se acerca a mí, la detallo carga unos shorts cortos y algo holgado color negro, una franela, color crema, su cabello atado en una coleta.
—¿Me veo mal? —Su voz es un poco dudosa y su mirada viaja rápidamente a su vestimenta.
—Para mí siempre estarás hermosa.
—Tonto—Sonríe— ¿Llegaron los resultados?.
—No, el doctor me dijo que en el laboratorio se iban a tardar más, así que no debes preocupa