Capítulo 23 —Etica

Narrador:

—No voy a jugar a eso —repitió Cleo, con la voz firme aunque le temblaban los dedos a los costados del cuerpo —No soy una niña. Y esto no es un maldito juego.

Nerón se giró despacio, con esa calma peligrosa que solía preceder a las tormentas.

—No, no lo es —admitió —Es una lección. Y tú eliges cómo recibirla. Puedes aprender conmigo... o puedo desnudarte arrancándote la ropa y no aprenderás nada. Solo habrás sido una chica que desperdició una oportunidad. Son las únicas dos opciones, Cleo, escoge.

Ella apretó los dientes. Sentía el calor subirle por el pecho, el cuello, las mejillas. No por vergüenza, por rabia, por humillación, por deseo, porque él no la tocaba. Y, sin embargo, la estaba desarmando. Cleo respiró hondo, cerró los ojos por un segundo.

—Derecho penal internacional —dijo finalmente, casi escupiéndolo, como si así pudiera escupir también su propia dignidad.

Nerón sonrió, no como un hombre satisfecho, sino como un depredador que acaba de ver a s