Amaia Domínguez García
Zacatlán de las Manzanas, Puebla, México
No podía mantener los ojos abiertos, quería seguir acostada, y descansar, pero que Axel se quedara a mi lado,
–Cariño, te sientes así porque te ha venido tu periodo. Tranquila, preciosa, te ayudaré a levantarte y llenaré la tina para meternos a bañar, no pasa nada Amaia.
No me había sentido nunca así cuando me ha bajado el periodo, no me gusta que me baje, es un malestar que no lo aguanta nadie, siento que todo me da vuelta y que de un momento a otro me voy a desmayar.
–Axel es que me da, no sé qué, eso. Lo siento mi amor, me siento demasiado mareada, mejor déjame aquí acostada. No aguanto el dolor del cólico y la verdad es que no me siento con fuerzas, para levantarme.
–Pediré a la güera que nos ayude, espérame aquí cariño.
Solo quería cerrar los ojos y que todo esto pasara lo más pronto posible, este dolor se estaba haciendo cada vez más insoportable, no creo que haya otra persona en el mundo que se sienta así como y to