Axel Vega Lazcano
León, Guanajuato, México
No quería dejarla sola, quería estar presente cuando abriera sus ojitos y que se diera cuenta que yo siempre iba a estar a su lado, que no sintiera miedo al despertar, pedía que reaccionara lo más pronto posible.
–Buenos días, doctora. Pasé por favor – Le pedí – Ella, es mi novia, es la paciente. No sé si mi amiga, ya le explicó por teléfono lo que pasó.
Quería que la atendiera de inmediato, estaba desesperado a más no poder, me preocupaba que constantemente se pusiera de esta forma. Algunos estudios más concluyentes tenían que hacerle, esos para que fuera más específico y nos pudieran decir que era lo que tenía en realidad.
–Buenos días, señor – Respondió la doctora – Sí, ya me comentó la señorita Ivanna cuando me llamó, voy a pasar a revisar a la paciente y a tratar de hacerla que reaccione y ahorita les aviso.
–Claro doctora, muchas gracias.
Tuve, que salirme con la güera de la recámara para dejar a Amaia en manos de la doctora, la güera m