CAPÍTULO 166. El límite de lo insoportable.
Capítulo 166
El límite de lo insoportable.
Han pasado más de veinte días desde que Anthony atrapó a Camila en aquel viejo apartamento de Manhattan. Tantos días de cadenas, frío, latigazos y hambre.
Días en que el rostro de Camila se ha ido consumiendo: la piel, antes tersa, cuelga pálida; los pómulos afilados como cuchillas; los ojos, ahora hundidos en sombras, apenas conservan un brillo de vida.
Esta mañana, Anthony abrió la ventana. No para confortarla, sino para variar el espectáculo: alzó la persiana al atardecer y le quitó el candado de la ventana. El aire helado se coló hacia la habitación.
Camila, tumbada sobre la colcha raída, giró la cabeza con lentitud. Las esposas en los tobillos le recordaban cada paso dolorido. Aun así, inhaló el viento como si fuera un regalo. Él observó de pie, la espalda contra el marco, con los brazos cruzados:
—Come un poco de fruta —dijo con voz cansada—. Te traje manzanas y uvas. También un poco de leche.
El envío parecía un acto de caridad, pero