De inmediato, Megan se giró sobre los talones quedando frente a Albert, su respiración ya estaba agitada, el ritmo de sus pulsaciones era acelerado.
Megan rodeó con sus brazos en el cuello de Albert al tiempo que le estampó un beso, sus labios se unieron, sus lenguas se entrelazaron, mientras que sus cuerpos se iban pegando.
Ella intentó saltar para rodear sus piernas en las caderas de Albert, pero el largo y ajustado de la falda que usaba no se lo permitió, al instante, se escuchó una tela ser rasgada.
Albert había abierto la falda por completo, lanzándola a un lado y se agachó ligeramente para tomar a Megan por los muslos, levantándola mientras ella se amarraba a su cuerpo.
A unos pasos, el trasero de Megan terminó recostado sobre el tope de la peinadora de la habitación, todos los cosméticos comenzaron a caer, Megan prácticamente le arrancaba la camisa a Albert, al tiempo que él jaloneaba la blusa de ella.
— Oye, ¿me piensas arrancar toda la ropa? — Gruñó Megan con un tono