— La señora Smith llegó muy golpeada, pero estará bien… Ya hicimos una revisión general y no tiene grandes daños internos, el hígado está algo inflamado y vimos varios moretones, pero no es nada que con descanso, buenos cuidados y tratamiento se pueda quitar, en unos días estará bien… Es una mujer muy fuerte... — Explicó el doctor a Albert. — Ahora mismo está dormida, le dimos unos calmantes para el dolor y no despertará por un buen rato, pero puede acompañarla si lo desea.
— Gracias, doctor. — Asintió Albert, para luego dirigirse a la habitación de Megan.
Albert entró en la habitación, deteniéndose en la puerta, el dolor de verla en esa camilla de hospital fue muy grande.
Tragando grueso, él se acercó a ella lentamente para detenerse a su lado, el corazón le latía acelerado.
Aunque lucía algo pálida, Megan se veía plácidamente dormida, tan tranquila y serena, como si no hubiera acabado de pasar por todo el trauma que pasó.
La única evidencia eran los moretones.
Albert tom