Durante el tiempo de la preparación para los juicios de Dayana, Rosalyn y Gianfranco, Albert se tomó unas vacaciones completas de sus responsabilidades y se dedicó de lleno a su familia.
Él se había convertido en el apoyo de Megan y en su cuidador, no solo para curar las heridas físicas que sanaban lentamente, sino también las heridas emocionales.
Fue difícil y traumático para ambos, muchas veces Megan despertaba a media noche, gritando o llorando, pues las pesadillas la atacaban, aprovechándose de sus miedos.
El amor y la dedicación de Albert, los días que pasaban entre el hombre que amaba y su hija, April, fue el bálsamo que, poco a poco, fue llenando a Megan de seguridad y coraje, hasta hacerla olvidarse por completo del temor y el dolor del pasado.
Y ahora que todo había terminado y Megan ya estaba mejor, solo faltaban dos cosas por hacer.
La primera salió a la luz pública, apenas Gianfranco y todos sus hombres estuvieron encerrados en prisión, Albert reconoció públicamente l