No podía creerlo. Mary no podía creerlo. Estaba desconcertada. Lo sabía. ¿y como siquiera había fallado?
Uso ambos métodos. Las plantas venenosas y los hechizos. Si una cosa fallara la otra haría su efecto. Aunque Arista hubiera vomitado, el hechizo ya debería estar en ella. Además, la estuvo vigilando casi todo el tiempo y ni siquiera había entrado al baño en todo ese tiempo.
-¿Te sucede algo?- la voz de Elian le llego a los oído
-¿Qué?-ella tenia su mejilla apoyada en su mano
-Te has pasado toda la noche mirando a Arista
-Oh… -miro de nuevo hacia la joven -dime, ¿Qué tiene ella que yo no?
Aquella pregunta sorprendió al muchacho. Ya habían merendado y todos estaban pasando un rato en la sala de estar cerca de la chimenea.
Karim y Arista estaban más allá a lo lejos sentados juntos en un sofá conversando de cosas que no alcanzaba a oír.
-No pudiste enamorarlo. Eso no es tu culpa.
-Pero, ¿Qué hizo ella para merecerlo?
Elian lo pensó -nada- contesto – eso es lo que pasa con el amor. Se l