304. SEDUCIENDO A MI LOBITA DE INVIERNO
MAGNUS
Siempre me han atraído las curvilíneas, porque me va el sexo rudo y apasionado.
Bombear fuerte y profundo, montar sobre una hembra indomable… como ella.
Nada de esas mujeres delicaditas y remilgadas que hay que tratarlas como porcelanas.
Hannah es perfecta, joder posee todo lo que me hace hervir la sangre, me tiene completamente hechizado.
Su piel tan blanca, esa belleza natural y las pequitas sobre su nariz; sus formas sinceras y sin florituras.
He tenido que contenerme, y mucho, para no saltarle encima.
“¿Por qué no la besé cuando tuve la oportunidad?”, volví a recriminarme con ira.
Pero sé muy bien lo que me separó de esos labios que me tentaban a devorarlos… Fenrir.
Él solo había dicho que a su lobo le atrajo una mujer con magia fría, así como la de ese Clan de Invierno.
Ella encajaba perfectamente con las características y estuvo en esa caótica guerra.
¿Y si teníamos la misma mate?
Me quedé pensando en esa posibilidad sin dejar de mirar al área de su nuca y, por más que in