299. NO ME ARREPIENTO DE ESCOGERTE
SIGRID
Comienzo a ponerme ansiosa porque me bloquea totalmente.
Pero nuestras magias son una, es como el vínculo en los hombres lobos o la conexión de la sangre en los vampiros.
Somos mates, y ahora mismo lo único que siento viniendo de él son inseguridades y… ¿temor?
—¿Silas? —Intento subir mi cabeza, pero él se aferra con más fuerza a mi cuerpo.
Ambos estamos sentados sobre la cama.
—Amor, ¿qué sucede? —le pregunto preocupada.
Siento su rigidez, su resistencia. Está aterrado de repente, y su corazón late errático. Me está poniendo muy nerviosa.
Cuando me dispongo a abrir de nuevo la boca, poniendo la mano en su pecho para apartarlo, él me habla al fin con voz gutural:
—No puedo —me dice en voz baja, temblorosa.
El remolino turbulento de su magia a punto de salirse de control.
—¿Qué? —susurro atónita.
—Yo no puedo, Sigrid… yo… yo no te dije por miedo a que me dejaras… No te alejes de mí, por favor, no te alejes de mi vida. No puedo soportarlo sin ti. Soy tan egoísta que me callé pa