269. LOS MEJORES ALIADOS
NARRADORA
Zarek bufó al verlo acercarse al abrazo familiar y pegarse por detrás de Victoria.
—Para estar de pegajoso sí que eres bueno, pero ni siquiera has podido marcar a mi hija… inútil…
—Estaba a punto de hacerlo cuando nos interrumpiste en el despacho —las pupilas de Dracomir cambiaron a lobunas.
Ambos mirándose de frente con las mujeres de por medio.
El príncipe fue a abrir la boca, pero una tos de Celine lo hizo quedarse en silencio y con los labios pegados.
Dracomir, por su parte, recibió un pellizco demoledor en el muslo cortesía de su hembra.
Sin embargo, los ojos de Zarek anunciaban un asesinato en las sombras, quizá mientras cierto Lord dormía… al lado de su hija.
Un gruñido de advertencia fue lo que recibió del lobo de Draco.
El futuro pintaba para ser… interesante y sangriento.
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Mientras las hembras se seguían abrazando y ya eligiendo hasta el nombre de la próxima beba, Zarek interceptó al indeseable de su yerno.
—Dime, ¿a dónde mandaron a mi general? —le