216. NO ESTAMOS DESTINADOS
SIGRID
El flashback de mis gemidos excitados y los de Silas, de mi boca diciendo que necesitaba ir al baño… por todos los cielos.
¿Podía morirme ahora mismo, aquí y ahora?… por favor…
Pensé en despacharla con rapidez y salir de este momento tan incómodo, pero Silas se me adelantó caminando hacia ella.
Me tensé, igual me acerqué, esperaba que no me desobedeciera en esto o sí que me enojaría con él. — Silas— lo llamé con dureza, pero sin responderme, le arrancó con rudeza mi capa de encima a la chica.
— No toques las cosas de mi señora - le habló autoritario.
— Y no la sigas molestando con tu presencia, márchate por ese pasillo al área de servicio, mañana su Señoría dará órdenes para ti.
La chica, a pesar de su miedo evidente, se quedó en su sitio, temblando, dándome miradas furtivas y ansiosas, y mi ceño cada vez más fruncido.
— Pero… pero su señoría me eligió para servirle en la cama…
— ¡¿Qué?! - Silas dio un paso hacia ella hablándole entre dientes, el aire olía a asesinato.