174. REUNIÓN FAMILIAR
NARRADORA
Cedrick le gritó a su hijo.
Las pupilas azules de Aidan se estrecharon sobre la bestia que atravesaba la bruma helada y venía a arrancarle un trozo.
Con un alarido bestial, el lycan de hielo se precipitó a impactar de nuevo de frente, pero en solo un pestañeo, algo detuvo por completo la pelea.
Sorprendentemente, esta vez no fueron sus mujeres.
Entre los dos apareció una estructura que nació del fondo de la tierra.
Parecían raíces entrelazadas en forma de una puerta, pero si la mirabas de cerca, no eran raíces, sino brazos.
Tanto Aidan como Cedrick la golpearon con el impulso.
Con la energía demoledora que iban, parecía que se haría pulpa; sin embargo, la pared de carne aguantó estoicamente.
“¿Qué diantres?” Aidan pensó en esa cosa tan grotesca y hasta un poco de asco le dio.
Subió la mirada para sorprenderse aún más.
Sobre el borde de la estructura de varios metros, había un hombre de pie.
Su aura olía a… sangre.
Cabello negro, ojos rojos asesinos.
—Aldric, si te cansaste d