Capítulo Cuarenta y Siete. La mujer del bosque.
La noche cayó del todo mientras regresaban al castillo. Liam iba dormido a caballito sobre Kael, con los brazos flojos colgándole a los costados. Lyra caminaba a su lado, con el ceño fruncido, en silencio. Ninguno de los dos había vuelto a mencionar a la figura.
Pero los dos pensaban en ella.
—¿Estás segura de que no era una ilusión? —preguntó Kael en voz baja, cuando el niño ya roncaba suavemente.
—No lo sé. Fue tan real como tú ahora mismo.
—Los ojos —murmuró él—. ¿Eran grises?
Lyra asintió.
—Grises como la ceniza. Pero no daban miedo.
Kael no respondió. Apretó un poco más el paso.
Cuando por fin llegaron al castillo, Morgana los esperaba en la galería. Llevaba un libro abierto entre las manos, pero sus ojos estaban fijos en ellos, como si supiera que algo había cambiado.
—¿Se divirtieron? —preguntó, sonriendo, pero su tono era alerta.
—Sí —dijo Lyra. Kael no dijo nada.
Morgana ladeó la cabeza.
—¿Y tú qué viste? —le preguntó a Lyra, co