Capítulo 72. Una carta.
Carta de Samuel Robinson a Sean.
Hijo:
No empiezo con excusas, eso no es propio de mí y no hay manera de justificar lo que hice al ponerte en las manos de una mujer que nunca te quiso. Ese será siempre mi mayor arrepentimiento, el haberte dado una madre que solo supo devolverte rechazo. Si algo me pesa al mirar atrás, no son los negocios, ni el dinero, ni las decisiones equivocadas, es eso. Y el haberte arrastrado conmigo.
Hoy, y es el motivo real detrás de esta carta, es que necesito hablarte con claridad.
La farmacéutica nunca fue lo que parecía. Durante años sirvió como la tapadera perfecta de un negocio de drogas que se movía bajo mi nariz, disfrazado de investigación, innovación y progreso. No fue hasta demasiado tarde que comprendí que me habían usado, que lo que creía un imperio de ciencia era, en realidad, una máquina de muerte. Cuando lo descubrí, lo desmantelé pieza por pieza. Me costó sangre, me costó aliados, pero con la ayuda del FBI logré arruinar lo suficiente para ha