Shane Robinson.

—No es justo —susurra Ivanna sin quitarme los ojos de encima. Sus mejillas se colorean con un delicioso rubor—. No deberías hacer esto.

Me guardo la sonrisa que quiere salir porque sé que no quiero jugar a ser justo, pero entiendo lo que quiere decir sin que deba explicar más.

—¿Hacer qué? —pregunto, con una ceja levantada y viéndola desde la comodidad de mi silla. Intento no ser demasiado para ella, pero cómo puedo evitarlo si con todo lo que he descubierto me doy cuenta que solo hemos perdido el tiempo.

Aunque también soy consciente de que debemos dejar todas las cartas sobre la mesa.

—Esto —señala con un dedo entre ella y yo—, tú actuando como si tuvieras derecho a recordar lo que una vez fuimos, insinuando que eso puede repetirse. —Traga en seco al decir eso, está claro que le costó dejarlo salir.

Me muerdo la lengua, pero asiento. Mi prioridad siempre será respetarla, por encima de todas las cosas.

A pesar de que solo quiera abrazarla, respirar de su aroma, mirarl