55

​​​​​​​*—Uriel:

El trayecto hasta las torres residenciales fue silencioso. Uriel se aferraba al cinturón con las manos temblorosas. Por momentos, las lágrimas volvían, suaves, como lluvia que no se detiene. Cameron no dijo nada. Solo condujo.

Cuando llegaron, Uriel tragó saliva con fuerza. Le dolían las manos de tanto apretarlas. Las torres se alzaban frente a él como monstruos llenos de recuerdos. Miró la hora: las cuatro de la tarde. Danny no debería estar en casa, pero… ¿y si lo estaba?

—Tal vez debería haber llamado a la oficina —murmuró, pero Cameron ya estaba fuera del vehículo.

—Todo estará bien, Uriel —dijo su amigo, tomando su mano con firmeza.

Subieron en silencio. El ascensor subía lento, eterno, pero Uriel se aferró a esa mano como si fuera un ancla.

Cuando llegaron al piso, Uriel sintió que el corazón le martillaba en el pecho. Su mirada se clavó en la puerta de Danny. Cerrada, pero eso no le tranquilizaba.

Tecleó el código de su apartamento con manos temblorosas. Cuando
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
capítulo anteriorpróximo capítulo
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App