Fuimos a la casa y al entrar quedé enamorada, era una mansión inmensa y muy hermosa, lo que más me gustó es que era perfecta para nuestra familia, sigo sorprendida porque mi esposo sí sabe lo que me gusta, nunca he entendido cómo Iván puede adivinar mis gustos sin siquiera preguntármelo.
—estaba feliz porque había logrado la reacción que quería mi esposa, ahora ella estaba como loca dando órdenes sobre todo lo que necesitábamos comprar, así que fuimos al centro comercial a coger los muebles.
—esta era la primera vez que tenía una casa propia, al igual que la oportunidad de decorarla a mi gusto y eso me tenía totalmente fascinadas. Así que llegué a la tienda y comencé a pedir todos los muebles que me gustaban, lo bueno de nuestra nueva situación económica es que no tengo que estar pendiente de los precios y eso me hace muy feliz.
—mi esposa me tenía para arriba y para abajo buscando todo lo que necesitábamos para la casa, pero mi mente solo estaba en la decoración del cuarto del bebé,