Los días han ido pasando y mi esposo poco a poco ha ido asimilando la traición de su familia, aunque no negaré que se hace más difícil cuando su abuelo no deja de aparecerse en el hospital todos los días y no sé si estoy pecando de ingenua o de tonta. Pero me parece que el señor tiene buenas intenciones, porque, aunque es retrógrado e irritante, está demostrando que está dispuesto a cambiar para acercarse a Iván y eso me alegra un poco porque es difícil que de la noche a la mañana él haya perdido a toda su familia. He visto un poco de duda en mi esposo, sé que quizás ha querido acercarse a él para preguntarle el porqué de su insistencia, pero no lo ha hecho, así que entramos al hospital, vemos a nuestro hijo y luego salimos sin siquiera dirigirle la palabra.
Lo bueno es que hoy ya se cumple un mes del nacimiento de nuestro hijo y por fin lo podremos llevar a casa con nosotros, tengo que admitir que ha sido difícil estar en casa sin tener a nuestro hijo. Pero nos consuela saber que su