Cuando observé la entrada quedé fascinada y olvidé todo, ¡esto es hermoso! —¿Te gusta? Todo lo hice pensando en ti Mia ¿qué te parece si hacemos una tregua y disfrutamos de nuestra fiesta de bodas?
—Asentí con la cabeza y mi enorme sonrisa, habían antorchas en toda la entrada, un columpio hermoso y muchos lugares para tomarse fotos, por supuesto que había muchos fotógrafos tratando de entrar, pero mi esposo los ignoró y me cargó, Iván ¿estás loco?
—quiero dar de que hablar, le guiñé un ojo y ambos entramos riendo a carcajadas por el espectáculo que estábamos dando, la llevé al centro de la pista y comenzó a sonar el vals, la atraje hacia mí y comenzamos a movernos al ritmo de la música.
—estaba feliz, tenía mis brazos alrededor de su cuello y nos observábamos fijamente mientras bailábamos, puedo decir que el momento fue mágico, como si todo hubiera desaparecido y quedáramos solo nosotros, dos locos desconocidos, recién casados, con un montón de problemas esperando ser resueltos. Pero