Nicolás caminó hacia afuera. En ese momento Daniela extendió la mano y le agarró la manga: —Señor Duque.
Nicolás se detuvo y la miró: —¿Qué pasa?
Daniela: —Mañana tengo que ir a hacerme un chequeo prenatal, ¿quieres venir? Por supuesto, si no tienes tiempo puedes no ir, yo puedo ir sola...
Antes de que pudiera terminar, Nicolás la interrumpió directamente: —Tengo tiempo, te acompaño al chequeo prenatal.
Daniela asintió: —Está bien.
Daniela soltó su manga: —Señor Duque, hasta luego.
Nicolás: —Descansa bien, mañana vengo a recogerte para ir al hospital.
—Está bien.
Nicolás se fue.
Daniela se levantó y fue a la ventana. A través del cristal brillante miró hacia abajo. Abajo estaba estacionado su auto de lujo, Samantha estaba parada junto al auto esperándolo.
Al ver su figura elegante y guapa salir, Samantha se acercó feliz: —Señor Duque, súbase al auto.
Nicolás se subió al asiento del copiloto, Samantha se subió al asiento del conductor y el auto de lujo se fue a toda velocidad.
Se había