Nicolás se detuvo: —¿Cómo sabes que tengo una cita aquí hoy? ¿Quién te lo dijo?
El rostro de Nicolás ya mostraba un profundo desagrado, la presión intimidante de alguien en posición de poder hizo que Ana sintiera miedo.
Ana forzó una sonrisa: —Señor Duque, ¿qué le pasa? ¿No habíamos acordado tener una cita aquí?
—¡Nicolás!
En ese momento Jessica y Fidel se acercaron.
Fidel miró a Ana: —Nicolás, ¿quién es esta persona? ¿Por qué no vino la señorita Paredes?
Jessica agregó: —Ya son las seis. ¿No será que esa señorita Paredes te plantó otra vez y te está jugando?
Nicolás la interrumpió: —Imposible.
Fidel insistió: —Entonces ¿dónde está la señorita Paredes? ¿Quién es ella?
Ana sintió que Nicolás actuaba extraño. ¿No habían acordado la cita de hoy? Pero parecía que él no la conocía en absoluto.
Las fantasías que Ana tenía en su corazón se desmoronaron a la mitad.
La mirada fría y severa de Nicolás se posó en el rostro de Ana: —¿Quién eres tú exactamente? ¡Guardias!
Varios guardaespaldas corr