—¿Hablar de qué?
—Yo... quería saber qué le había pasado a tu cara. Mauro dijo que lo sabía y que me lo contaría si iba a verlo.
Nicolás se detuvo y miró a Daniela.
—¿Fuiste a ver a Mauro por mi rostro?
—Claro, ¿qué pensabas? ¿Quién iba a imaginar que Mauro sería tan ruin? De repente cortó un trozo de filete y quiso dármelo. Me dijo que solo me lo contaría si lo comía, ¡pero no lo hice!
Al ver el disgusto de Daniela hacia Mauro, Nicolás se calmó. Así que era eso.
Pero...
—¿De verdad no sabes qué le pasó a mi rostro? —preguntó mirándola.
Daniela negó con la cabeza.
—No lo sé. ¿Por qué sigues preguntándome eso? ¿Acaso debería saberlo?
Nicolás guardó silencio unos segundos. Parecía que hace tres años Daniela no había estado involucrada. ¡Entonces el responsable debía ser Mauro!
—Nicolás, ¿qué le pasó exactamente a tu cara? ¿Puedes contármelo?
—Hace tres años, cuando capturé al narcotraficante con la policía, quedé gravemente herido. Aun así, fui a buscarte, pero alguien me secuestró, me a