Luciana miró a Mateo.
—Mateo, ¿por qué estás con Valentina otra vez?
Mateo abrazó a Valentina y sonrió.
—Siempre he estado con Valentina. De hecho, planeamos casarnos.
—Pero, pero... ¿no me habías invitado a cenar?
Mateo arqueó una ceja.
—¿Que te invité a cenar? Solo lo dije por decir. Ni siquiera me acordaba. ¿En serio lo recordaste? No me digas que estuviste esperando en el restaurante.
Luciana palideció. Nunca imaginó que Mateo diría algo así.
Estaba claro que Mateo solo la estaba manipulando para humillarla intencionalmente.
Daniela no pudo contener la risa y miró a Luciana.
—Luciana, ahora lo has visto con tus propios ojos y lo has escuchado con tus propios oídos. ¿Qué tal? Mateo no está interesado en ti. ¡La persona que Mateo siempre ha querido es Valentina!
Luciana miró a Mateo.
—Mateo, ¿es cierto?
Mateo sentía que la cabeza le estallaba. Su mano en el hombro de Valentina se tensó disimuladamente, usando toda su fuerza para resistir el dolor. No podía demostrarlo en su rostro; n