Mateo le dijo que fuera por su cuenta.
Luciana se sorprendió. Quería que Mateo la recogiera; eso le daría el sentido romántico de una cita.
—Mateo, ¿no puedes venir a recogerme? Yo...
Mateo la interrumpió: —Luciana, ya he reservado una mesa en el restaurante. Tengo una reunión muy importante. Ve tú primero, sé obediente.
Mateo añadió esas últimas palabras, "sé obediente", de manera dominante y autoritaria.
Luciana tenía debilidad por los hombres fuertes, y esas palabras hicieron que se derritiera. Inmediatamente accedió: —De acuerdo, Mateo. Iré primero. Ven pronto, ¿sí?
—Bien.
Luciana salió y pidió a su chófer que la llevara al restaurante.
El camarero la recibió calurosamente: —Señorita Luciana, hola. Su mesa ya está reservada. Por favor, sígame a la zona VIP.
El camarero llevó a Luciana a una mesa VIP. Estaba junto a la ventana, con unas vistas preciosas, lo que dejó a Luciana muy satisfecha.
—Señorita Celemín, ¿qué le gustaría beber?
Luciana: —Tráigame un café primero. Lo demás lo p