Dicho esto, Mateo se dio la vuelta y regresó a su habitación.
Luciana lo siguió: —Mateo, ¿ya no vas a buscar a Valentina?
Definitivamente la buscaría, pero no ahora. Mateo sentía que algo no andaba bien con su cuerpo. Primero necesitaba averiguar qué estaba pasando.
Mateo regresó a la habitación y llamó al médico.
El médico se paró respetuosamente junto a la cama: —Señor Figueroa.
Mateo miró al médico: —¿Qué me pasa? ¿Por qué a veces siento un dolor de cabeza tan intenso, como si mi cabeza fuera a explotar?
El médico: —Señor Figueroa, ya le hemos realizado todos los exámenes, pero los resultados muestran que su salud es excelente. ¡No hay nada anormal!
¿Nada anormal?
¿Entonces por qué sentía ese dolor de cabeza tan intenso?
El médico le entregó los resultados de los exámenes: —Señor Figueroa, mire, esta es su tomografía cerebral. Está muy saludable.
Mateo estaba aún más confundido. Sentía un dolor de cabeza terrible, pero no podían encontrar ninguna causa.
En ese momento, Luciana inter