Mauro sonrió:—Así que ha entrado en este negocio, será difícil salir.—Mauro está bromeando. Trabajar para nuestro jefe tiene mucho futuro, nuestro Diego ni siquiera quiere irse.
Mauro ya había escuchado lo que quería. Hizo un gesto con la mano:—Pueden retirarse, nosotros nos divertiremos solos.
—Claro, si Mauro necesita algo, solo dígalo.
—Bien.
Los jóvenes de negro se marcharon.
Mauro miró a Daniela:—¿Sabes quién es el dueño de este casino? He oído que es un narcotraficante, y Diego se ha unido a él.
Daniela miró a Mauro conmocionada. ¿El jefe era un narcotraficante?
¿Y Diego lo sabía?
Daniela sabía que Diego era muy capaz, podía elegir muchos caminos para ganar dinero, ¿por qué habría elegido este?
Mauro sonrió:—Daniela, ¿lo ves? Diego ya está metido en todo esto. Su camino es diferente al tuyo. Mejor termina con él cuanto antes, ¡ustedes no tienen futuro!
Daniela apretó los puños:—Mauro, mejor usa tu tiempo libre para buscar a tu novia Mariana. ¡Lo que pase entre Diego y yo no es as