Las finas y esculpidas facciones de Héctor permanecían ocultas en la penumbra, difíciles de distinguir.
El mayordomo continuó:
—Señor, la señorita ha vivido entre la gente común todos estos años, así que es inevitable que tenga algunos... defectos de carácter. Cuando la señorita regrese a Costa Enigma, el señor podrá educarla poco a poco. Seguramente podrá encaminarla hacia el bien.
Desde que Héctor había reconocido a Luciana como su hija, había ordenado investigar su pasado, así que sabía perfectamente todo lo que Luciana había hecho.
Pero Luciana, después de todo, era su hija biológica, su propia sangre.
Héctor miró hacia donde Valentina había desaparecido.
—Vámonos.
...
Mateo regresó a la empresa, pero no se puso a trabajar. En cambio, abrió una botella de vino de reserva y comenzó a beber copa tras copa.
En ese momento, necesitaba desesperadamente el sabor del alcohol para adormecer sus sentidos.
Fernando, de pie a un lado, dijo en voz baja:
—Presidente, debería beber menos, el alc