Valentina y Daniel ya habían llegado a la terminal del aeropuerto. Camila y Daniela vinieron a despedirlos.
Camila miró a Valentina con nostalgia.
—Valentina, ¿realmente te vas?
Valentina asintió.
—Camila, mi partida es solo temporal, porque volveré.
Camila extendió la mano y acarició el vientre de Valentina.
—Ahora lo más importante es el bebé. Estoy esperando ser su madrina.
Daniela abrazó a Valentina.
—Valentina, ¿te vas así sin más? El señor Figueroa aún no sabe que te marchas, todavía no sabe que el bebé es suyo. ¿No deberíamos esperarlo?
Aunque Daniela siempre había apoyado a Valentina, Mateo seguía siendo su primo, y sentía que este no debería ser el final para Mateo y Valentina.
Valentina sonrió con serenidad.
—Daniela, nuestro destino juntos ya se ha cumplido. No hay que forzar las cosas.
—Está bien, Valentina, cuídate mucho —dijo Daniela abrazándola con fuerza.
Viendo a las tres amigas tan unidas, Daniel sonrió.
—Vamos, con los transportes actuales, solo están a unas horas de