Capitulo 02

¡PLAF! 

La bofetada que Samantha le dió al señor Campbell ante tal comentario le dejó la mejilla roja, pero el hombre de hermosos ojos azules no se enojó mucho menos le reprochó, simplemente sonrió con su típica personalidad engreída. 

— Tan salvaje como siempre mi hermosa niña.

— ¡No vuelvas a hablar así de mi hogar ni de mi familia! ¡Vete ya mismo! ¡Guardias! 

Gritó Samantha para que ese hombre se marchara a las buenas o a las malas, pero antes de que ellos llegaran hasta el elegante e importante hombre de negocios, este tomó de la muñeca derecha a Samantha acercándola hasta que su cuerpo pegara con el de él y susurrando al oído de la bella señorita.

— Se dónde está tu querido hermano mayor, ¿Segura que no quieres venir conmigo? — La sorpresa invadió el rostro de la señorita Thompson. 

— ¡Alto!  — Gritó Samantha a sus hombres quienes ya estaban por acercarse al señor Campbell. — Pueden retirarse.

Ante la última orden de Samantha, Leonard sonrió a la mujer que tenía entre brazos.

— Supongo que ese es un sí ¿Verdad?

— Iré contigo… Pero si no sabes de mi hermano y todo esto es una mentira ¡Me las vas a pagar muy caro!

— No te preocupes cariño, digo la verdad.

— Deja de hablarme de ese modo, es incómodo señor Campbell.

— Eres tan fría Jajaja ~ aunque me gustaba más cuando me llamabas "Leo" sé que actúas así por haber intentado sabotear tu noviazgo, pero al final ni siquiera hizo falta, el ya no existe.

Samantha no se sentía nada bien para continúar esa discusión, ella simplemente comenzó a caminar a la salida de la mansión pasando por su asiento y tomando su bolso.

— ¿Te piensas quedar ahí? 

Dijo Samantha al señor Campbell mientras ponía su mirada en él, quien sonriente de inmediato se acercó a ella y salieron juntos del lugar. 

*****

Una vez iban en el asiento trasero del auto, los ojos de la bella señorita Thompson veían al chófer y a la mujer bronceada de cabello oscuro que iba sentada en el asiento delantero para seguidamente observar al hombre vestido completamente de blanco a su lado en el asiento trasero. 

— ¿Lo has hecho a propósito? — Dijo viendo fijamente el elegante traje, Leonard quien tenía una expresión seria vió a la mujer castaña a su lado por unos segundos para después desviar su mirada y posar la misma al paisaje nocturno tras la ventana.

— Nunca haría algo como eso.

— No me mientas.

— No lo hago.

— ¿Entonces por qué tanto blanco si ibas a un velorio?

— El velorio ya había finalizado cuando llegué, solo me gustan los colores claros. 

No le creía; simplemente, Samantha no podía confiar en ese hombre o las palabras que salían de su boca, el tenía una expresión bastante seria e incluso parecía estar pensativo, de modo que ella se sintió incómoda y en lugar de darle un alargue a la conversación, volvió su mirada a su ventana perdiéndose en sus pensamientos, mientras sentía el dolor punzante de la muerte de su padre en su interior y la preocupación por el paradero de su único familiar con vida desaparecido. 

Los recuerdos de su último noviazgo con el chico que conoció en la universidad llamado Johan invadieron su mente, habían pasado solo ocho meses desde la muerte de ese hombre con quién quería llegar a casarse y vivir una vida plena y feliz. 

Ahora, sufría la partida de un ser amado más y no quería sumar a la lista un tercero. 

¡Estaba desesperada! 

Desesperada por noticias de su hermano y aunque ese hombre a su lado no era cualquiera que le fuese a dar fácilmente información, no tenía más alternativas; Leonard era un amigo de negocios de su padre y un pretendiente que quería hacerla su esposa incluso cuando ella estaba en una relación con su novio actualmente fallecido. 

*****

Poco más de treinta minutos después, Samantha se encontraba en la sala principal de la mansión de los Campbell. 

— ¡Ya estoy aquí! Ya cumplí con tu pedido ahora dame información de mi hermano o me iré ya mismo.

— Relájate Samantha, acabas de llegar ¿Por qué alterarse tanto? Andrew se encuentra bien.

— ¿Cómo sabes que está bien? ¿El te lo ha dicho? ¿Lo viste o sabes dónde está?

— Andrew no es ningún niño no tienes que preocuparte como si fueras su madre cariño.

— ¡Estoy aquí por el! Papá murió y Andrew está desaparecido y todos creen que el fue quien lo hizo y se ha dado a la fuga, tiene que venir y aclararlo todo…

En ese instante Samantha hizo una pausa sintiéndose demasiado agobiada y respirando profundamente.

— Necesito saber que está bien, necesito verlo… Las empresas de papá lo necesitan… Yo lo necesito… — La voz quebradiza de la hermosa mujer anunciaban sus llanto. 

El silencio reinó en la habitación y ella secó sus lágrimas pasando sus dedos por los bordes de sus ojos y haciendo su largo cabello castaño claro hacía atrás. 

— Deja de estar con juegos, por favor Leo… ¿Dónde está Andrew? 

La voz temblorosa pero más pacífica de la señorita Thompson así como el hecho de volver a llamar a ese hombre con una abreviación de su nombre, causó que el sonriera. 

— En realidad no tengo ni la menor idea de dónde está en estos momentos, pero antes de saber de la muerte del anciano Thompson, él me entregó algo importante.

El señor Leonard hizo un gesto con su mano a su secretaria quien estaba presente en el salón junto a algunos guardias, la cual se acercó de inmediato entregando una carpeta oscura a Samantha. 

Ella sacó los archivos de su interior comenzando a leerlos pero entre más lo hacía menos entendía.

— ¿Que es todo esto?

— ¿No lo ves mi hermosa niña? Es el traspaso de todas las posesiones Thompson, al parecer tu hermano ya era la cabeza familiar cinco meses antes de la muerte por "Sustancias ilícitas" de tu padre, nunca pensé que el anciano fuera capaz de algo así, entregar sus posesiones a Andrew a tus espaldas y que Andrew las cediera a mi para después darse a la fuga; no creo que el haya tenido que ver con la muerte de tu padre cariño, sin embargo es sin duda el mayor sospechoso; el anciano Thompson no era un adolescente que anduviera metiendo ese tipo de toxinas a su cuerpo… 

— ¡Mientes! ¡TODO ES UNA MENTIRA!

Samantha se alteró levantándose de su asiento y haciendo lanzados encima de Leonard los papeles que se esparcieron por toda la sala.

— Acéptalo, tu padre falleció, no te dejó absolutamente nada a ti y su único heredero vendió todo desapareciendo con el dinero.

— ¡No estamos hablando de dulces! ¡Son las compañías que mi bisabuelo fundó! ¡No pueden ser dadas así por qué así! Esos archivos son falsos, tú me… ¡Me estás engañando!… 

Samantha comenzó a llorar en ese momento con su cuerpo temblando nuevamente ante tal impactante noticia. 

— Por supuesto que no son los verdaderos cariño, son copias para mostrarte a ti los hechos, los reales ya son míos y los tengo en mi caja fuerte.

Leonard comenzó a caminar hasta donde estaba la bella señorita poniendo sus manos en los hombros de ella, acto que enfureció a Samantha alejando de inmediato las manos de ese alto hombre vestido de blanco de su cuerpo.

— ¡No me toques! — Gritó ella temblorosa. — ¡Quiero irme de aquí! Volveré a casa… ¡Estas loco Leonard!

En ese instante las puertas de la sala se abrieron e ingresaron varios hombres vestidos de trajes elegantes.  

— Estos de aquí son mis abogados, ellos te pueden explicar todos los detalles cariño, todo esto es real y es cierto, lamentablemente, esa mansión también es mía ahora. 

Samantha sintió que las fuerzas abandonaban por completo su cansado y estresado cuerpo, volviendo su vista borrosa, causándole un tambaleo que por poco la hace caer, sin embargo, los fuertes brazos de ese alto y atractivo hombre la rodearon a tiempo; los ojos verdes de Samantha se encontraron con los azules de Leonard y en ese instante ella se desmayó.

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