***************•••••***************Tres años despuĂ©s: — Date prisa Sam, los invitados están comenzando a llegar. — DecĂa Andrew sonriente. — ¡Dame un momento! Unos minutos más y estarĂ© lista, ve a recibirlos tĂş. — Dijo Samantha maquillándose. — Bien, irĂ© yo. ……….Una vez Andrew bajĂł al jardĂn frontal de la mansiĂłn Thompson donde se estaba realizando un importante evento veraniego, comenzĂł a recibir a los distinguidos invitados entre esos amistades de la familia. — ¡Oh querido Andrew! Luces tan apuesto como siempre. — Dijo Madison alegre besándole la mejilla con cariño. — Un gusto Madi, cada ves que te veo luces más radiante con ese embarazo. — RespondiĂł Andrew para despuĂ©s dirigir su mirada al esposo de Madison. — Felicidades Gerald, serás un excelente padre. El abogado Gerald Taylor sonriĂł agradeciendo. — ÂżDĂłnde está mi amiga? — P
El profundo dolor que invadĂa su ser era aplastante, la sensaciĂłn asfixiante acompañada de ese nudo en la garganta, el mar de lágrimas que bañaba su rostro sintiendo el salado sabor de las mismas al caer por sus labios color cereza, los cuales estaban semi abierto debido al grito entre cortado que salĂa de su boca, el temblor de su delgado y frágil cuerpo que no podĂa ocultar frente a esos policĂas y detectives que la veĂan con lástima. — Señorita Thompson, lamentamos mucho lo sucedido, pero necesitamos hacerle algunas preguntas. — La voz gruesa y sonora del detective era como un ligero susurro ante la mujer castaña sentada frente a el. Era como si nadie existiera en ese lugar más que ella, en su mente incontables momentos pasaban como la reproducciĂłn de un vĂdeo mudo; dulces recuerdos desde niña junto al CEO de las compañĂas Thompson y a su vez, su amado padre de solo cincuenta y ocho años. Uno que lamentablemente habĂa perdido su vida esa madrugada. Una detective morena extend
¡PLAF! La bofetada que Samantha le diĂł al señor Campbell ante tal comentario le dejĂł la mejilla roja, pero el hombre de hermosos ojos azules no se enojĂł mucho menos le reprochĂł, simplemente sonriĂł con su tĂpica personalidad engreĂda. — Tan salvaje como siempre mi hermosa niña.— ¡No vuelvas a hablar asĂ de mi hogar ni de mi familia! ¡Vete ya mismo! ¡Guardias! GritĂł Samantha para que ese hombre se marchara a las buenas o a las malas, pero antes de que ellos llegaran hasta el elegante e importante hombre de negocios, este tomĂł de la muñeca derecha a Samantha acercándola hasta que su cuerpo pegara con el de Ă©l y susurrando al oĂdo de la bella señorita.— Se dĂłnde está tu querido hermano mayor, ÂżSegura que no quieres venir conmigo? — La sorpresa invadiĂł el rostro de la señorita Thompson. — ¡Alto! — GritĂł Samantha a sus hombres quienes ya estaban por acercarse al señor Campbell. — Pueden retirarse.Ante la Ăşltima orden de Samantha, Leonard sonriĂł a la mujer que tenĂa entre brazos.— S
Un mes despuĂ©s. — Señorita, tiene que desayunar, el señor está muy preocupado por usted, ha perdido mucho peso, intente comer un poco por favor. La amable sirvienta le pedĂa a Samantha probar bocado, pero la joven solo veĂa fijamente la comida en el plato. "ÂżCuando tiempo tengo ya de estar aquĂ? Desde que despertĂ© los dĂas pasan y ni siquiera he vuelto a ver al señor Campbell, no se nada de la investigaciĂłn de mi padre o si ya han dado con el paradero de mi hermano… Soy… Una prisionera" Con esos pensamientos en mente, Samantha se levantĂł de su asiento sin comer su desayuno un dĂa más. — ÂżA dĂłnde se dirige señorita? Solo tiene permiso de salir si es con un escolta, sabe que es por su seguridad.— ÂżMi seguridad? No querrá decir ÂżUna orden de su amo para evitar que escape? SaldrĂ© al jardĂn frontal, solo quiero un poco de aire fresco.— EnviarĂ© a un escolta con usted de inmediato.Una vez dicho eso la sirvienta se marchĂł a prisa del salĂłn comedor. Samantha ignorĂł el hecho, dirigiĂ©nd
"Estoy segura que Leonard no me ama, simplemente odia perder, ÂżPor quĂ© no estuvo durante los ocho meses despuĂ©s de la muerte de Johan? Me da mucho que pensar, como que solo por la muerte de mi padre creyĂł que podrĂa ganar está vez a como de lugar" El pensamiento de Samantha la hacĂa darse cuenta que no saldrĂa tan fácilmente de las garras de ese hombre. ÂżQuerĂa ser libre? ¡Por supuesto que querĂa! ÂżLa manera más confiable y menos riesgosa? La mentira, los engaños, jugar a ser la "niña hermosa" que ese hombre querĂa. "SerĂ© el mejor objeto que pueda adornar su vida, me convertirĂ© en el trofeo que quiere ÂżEso necesita Ă©l para estar en paz? ¡Lo tendrá! ¡Yo harĂ© que ese hombre bajĂ© su guardia y voy a volverlo loco por mi" Samantha Thompson no entendĂa como su hermano desapareciĂł, ni como todas las posesiones de la familia terminaron legalmente en las manos del señor Campbell; pero de una cosa estaba completamente segura, su padre Ă“liver si la amĂł demasiado y su hermano tambiĂ©n la ve
Ese jueves en la noche, apenas llegĂł el aviĂłn privado de los Campbell, fueron atendidos con toda la amabilidad y elegancia perfecta de los empleados del hotel " IvaGold" en Miami. Sin embargo, por más excelente trato, buen clima, hermoso y lujoso lugar que hiciera sentir cĂłmodos a todos los invitados de honores para el evento de la familia Ivanov; Samantha se sintiĂł profundamente incĂłmoda ante la sorpresa que le esperaba. — ¡¿Que se supone que es esto?! — GritĂł enojada viendo a Leonard quien sonriĂł al instante.— Nuestra habitaciĂłn cariño ÂżNo te gusta? Es la VIP del IvaGold, se supone que es de las mejores, pero las de mis hoteles siguen superando estas.— El apuesto y alto hombre decĂa aquellas palabras mientras se quitaba poco a poco su saco, chaleco y corbata.— ¡No hablo de la habitaciĂłn señor Campbell! ¡Se que lo entiendes perfectamente! Hablo de por quĂ© nuestras cosas están aquĂ, todas juntas.— Eres muy quisquillosa con tus pertenencias, asĂ que pedĂ que no tocaran nada hasta
Samantha saliĂł del tocador rápidamente para dirigirse al jardĂn donde se estaba llevando a cabo el evento; fue en ese instante que viĂł a una amiga suya."Oh, es Madison, podrĂa hablar con ella al respecto, quizá sepa algo de Andrew o podrĂa ayudarme, lo Ăşltimo que escuchĂ© es que se casarĂa con el abogado Gerald Taylor, hombre bastante conocido y de buena reputaciĂłn en la ciudad"Madison era una vieja amiga de Samantha desde sus inicios en la universidad, amiga que ella apreciaba mucho al punto de ayudarla a quĂ© comenzará una relaciĂłn con el hombre que a ella le atraĂa, Andrew Thompson, con quien logrĂł tener un largo noviazgo que terminĂł de buena manera por parte de ambos. Samantha paseaba su mirada por los alrededores mientras caminaba hacĂa Madison, esto para asegurarse que ninguno de los hombres que trabajaban para Leonard estuvieran vigilando sus movimientos. "No creo que Leonard sea tan desconfiado para enviar a sus hombres a seguir cada uno de mis pasos incluso en una fiesta de
Ese mismo dĂa, durante horas de la noches. — Es bastante hermoso, se nota que invirtieron mucho dinero en este hotel. — DecĂa Samantha cuando venĂa del externa del hotel. — No es la gran cosa. — RespondiĂł aburrido Leonard mientras caminaba al lado de su prometida entrelazando su mano a la de ella. — ÂżNo será que sientes envidia? Jaja~ parece que los Ivanov pueden tener mejores hoteles que los tuyos, aĂşn siendo extranjeros. — Nunca he tenido razĂłn alguna para envidiar a alguien cariño. Además, ellos llevan tres dĂ©cadas con sus negocios en el paĂs, no es como si fuesen nuevos en el ámbito. — RespondiĂł el señor Campbell viendo serio a la bella mujer que caminaba a su lado izquierdo. "ÂżNunca ha sentido envidia? Que mentiroso… ÂżEntonces por quĂ© molestaba tanto a mi amado Johan? Nunca dejĂł de humillarlo delante de mi familia y de mi en cada oportunidad que tuvo"PensĂł Samantha viendo seriamente al señor Leonard, hasta que unos pasos se escucharon venir del frente y su mirada se desvĂo