— ¡Lo sabĂa! Ella te ha engañado, solo mĂrala y aĂşn asĂ estabas de terco que la amas y querĂas ser fiel, tremenda zorra resultĂł ser. — DecĂa Chelsea enojada. — Ahora queda claro que solo yo te amo de verdad y que deberĂamos quedarnos juntos mi amor. — Dijo acercándose a Leonard y abrazándolo por su espalda. Leonard no podĂa creer lo que habĂa presenciado quedando inmĂłvil viendo como Samantha habĂa desaparecido de su vista junto a Luka, dejando atrás no solo todas las posesiones de su familia sĂ no tambiĂ©n a Ă©l.— ¡Esto es tu culpa! — GritĂł exaltado a Chelsea, quien le quedĂł viendo sorprendida. — ¡No debĂ dejarme influenciar por ti! Jamás debĂ permitirlo… — En ese instante Ă©l se alejĂł rápidamente de la joven rubia. — Si vuelves a acercarte a mi, me harĂ© cargĂł de que tĂş familia quedĂ© en la ruina total, sabes que puedo lograrlo fácilmente, a partir de hoy tu has dejado de existir para mi. Habiendo dicho eso, Leonard se marchĂł rápidamente
El alto hombre ruso llevaba cargada entre sus brazos a Samantha que despuĂ©s de unas horas de viaje se habĂa quedado profundamente dormida. — Ella no dejĂł de llorar hasta dormirse. — MencionĂł Edik viĂ©ndo a Luka llevarla a una habitaciĂłn del pequeño motel. — Te quedarás con ella hasta que te avise a dĂłnde dirigirte, no te muevas ni un momento de su lado. — ¡No! ¡¿Estás loco?! Yo deberĂa ser quien se ocupe de esto y tĂş te quedarás aquĂ con ella, si algo te pasa Reina y yo moriremos. — No exageres, solo tĂş morirás, el abuelo no dañarĂa a Reina aunque parezca lo contrario. — ¡¿TĂş quĂ© sabes?! ¡Ella no puede ser la cabeza de la organizaciĂłn! Luka exhalĂł pasando su mano derecha por su cabellera semi larga color avellana. — Me voy, si nos demoramos más no podrĂ© hablar con Don Salvatore y es probable que Andrew muera está misma madrugada, además irĂ© bien resguardo no tienes que exager
Samantha abriĂł sus ojos viendo la claridad de un nuevo dĂa.Cuando se bajĂł de la elegante cama en la que estaba viĂł por su ventana un jardĂn reconocido. "La mansiĂłn de Luka" PensĂł la joven. "ÂżCĂłmo lleguĂ© acá? ÂżNo estaba yo camino a verme con Andrew fuera de la ciudad? DespuĂ©s de salir de la casa de mi amiga en auto, Iba… Iba en el aviĂłn de Luka, entonces como…" Tock, tock, tock… Cuando la joven escuchĂł el sonido de la puerta se acercĂł abriendo la misma. — Que bueno que ya estĂ©s despierta, prepárate rápido y ven conmigo. — Dijo Reina viĂ©ndola de pies a cabeza. — ÂżQue está pasando? — PreguntĂł Samantha confundida. — ÂżDĂłnde está Luka? ÂżQue sucediĂł con mi hermano? Sin embargo, no obtuvo respuesta alguna de la mujer rusa. **********Una hora despuĂ©s, Samantha bajaba las escaleras a la primera planta y se encontrĂł un rostro
***************•••••***************>>> Samantha:No querĂa dejarlo ir. Mis brazos se volvieron a aferrar a su fuerte cuerpo nuevamente. Quizá Madison tenĂa razĂłn. HabĂa desarrollado sentimientos por los dos hombres y mi confundido corazĂłn no lograba darse cuenta a cual querĂa más. Mis lágrimas caĂan sin parar y sentĂa ese profundo vacĂo y temor en mi interior. Le besĂ©. Le besĂ© una y otra vez más. Tantas hasta que Luka me envolviĂł en sus brazos y me correspondiĂł con la misma intensidad. En muchas ocasiones Leonard confesĂł sus sentimientos, más yo no le creĂ. En una sola Luka lo hizo y confĂe en sus palabras que eran fuertemente respaldadas por sus acciones.ÂżPero era realmente amor lo que sentĂa? Luka se alejĂł nuevamente de mi tomándome de la mano e ingresamos rápidamente a su mansiĂłn, Ă©l
***************•••••***************Tres años despuĂ©s: — Date prisa Sam, los invitados están comenzando a llegar. — DecĂa Andrew sonriente. — ¡Dame un momento! Unos minutos más y estarĂ© lista, ve a recibirlos tĂş. — Dijo Samantha maquillándose. — Bien, irĂ© yo. ……….Una vez Andrew bajĂł al jardĂn frontal de la mansiĂłn Thompson donde se estaba realizando un importante evento veraniego, comenzĂł a recibir a los distinguidos invitados entre esos amistades de la familia. — ¡Oh querido Andrew! Luces tan apuesto como siempre. — Dijo Madison alegre besándole la mejilla con cariño. — Un gusto Madi, cada ves que te veo luces más radiante con ese embarazo. — RespondiĂł Andrew para despuĂ©s dirigir su mirada al esposo de Madison. — Felicidades Gerald, serás un excelente padre. El abogado Gerald Taylor sonriĂł agradeciendo. — ÂżDĂłnde está mi amiga? — P
El profundo dolor que invadĂa su ser era aplastante, la sensaciĂłn asfixiante acompañada de ese nudo en la garganta, el mar de lágrimas que bañaba su rostro sintiendo el salado sabor de las mismas al caer por sus labios color cereza, los cuales estaban semi abierto debido al grito entre cortado que salĂa de su boca, el temblor de su delgado y frágil cuerpo que no podĂa ocultar frente a esos policĂas y detectives que la veĂan con lástima. — Señorita Thompson, lamentamos mucho lo sucedido, pero necesitamos hacerle algunas preguntas. — La voz gruesa y sonora del detective era como un ligero susurro ante la mujer castaña sentada frente a el. Era como si nadie existiera en ese lugar más que ella, en su mente incontables momentos pasaban como la reproducciĂłn de un vĂdeo mudo; dulces recuerdos desde niña junto al CEO de las compañĂas Thompson y a su vez, su amado padre de solo cincuenta y ocho años. Uno que lamentablemente habĂa perdido su vida esa madrugada. Una detective morena extend
¡PLAF! La bofetada que Samantha le diĂł al señor Campbell ante tal comentario le dejĂł la mejilla roja, pero el hombre de hermosos ojos azules no se enojĂł mucho menos le reprochĂł, simplemente sonriĂł con su tĂpica personalidad engreĂda. — Tan salvaje como siempre mi hermosa niña.— ¡No vuelvas a hablar asĂ de mi hogar ni de mi familia! ¡Vete ya mismo! ¡Guardias! GritĂł Samantha para que ese hombre se marchara a las buenas o a las malas, pero antes de que ellos llegaran hasta el elegante e importante hombre de negocios, este tomĂł de la muñeca derecha a Samantha acercándola hasta que su cuerpo pegara con el de Ă©l y susurrando al oĂdo de la bella señorita.— Se dĂłnde está tu querido hermano mayor, ÂżSegura que no quieres venir conmigo? — La sorpresa invadiĂł el rostro de la señorita Thompson. — ¡Alto! — GritĂł Samantha a sus hombres quienes ya estaban por acercarse al señor Campbell. — Pueden retirarse.Ante la Ăşltima orden de Samantha, Leonard sonriĂł a la mujer que tenĂa entre brazos.— S
Un mes despuĂ©s. — Señorita, tiene que desayunar, el señor está muy preocupado por usted, ha perdido mucho peso, intente comer un poco por favor. La amable sirvienta le pedĂa a Samantha probar bocado, pero la joven solo veĂa fijamente la comida en el plato. "ÂżCuando tiempo tengo ya de estar aquĂ? Desde que despertĂ© los dĂas pasan y ni siquiera he vuelto a ver al señor Campbell, no se nada de la investigaciĂłn de mi padre o si ya han dado con el paradero de mi hermano… Soy… Una prisionera" Con esos pensamientos en mente, Samantha se levantĂł de su asiento sin comer su desayuno un dĂa más. — ÂżA dĂłnde se dirige señorita? Solo tiene permiso de salir si es con un escolta, sabe que es por su seguridad.— ÂżMi seguridad? No querrá decir ÂżUna orden de su amo para evitar que escape? SaldrĂ© al jardĂn frontal, solo quiero un poco de aire fresco.— EnviarĂ© a un escolta con usted de inmediato.Una vez dicho eso la sirvienta se marchĂł a prisa del salĂłn comedor. Samantha ignorĂł el hecho, dirigiĂ©nd