Zara
Fingir durante todo el día que no estoy aterrada de todos los que me rodean; salvo algunos casos; es mucho más difícil de lo que pensaba.
Tener que dejar que Asher se acerque a mí y trate de ganarse mi confianza cuando sé que es solo un desgraciado traidor, me hace hervir la sangre por dentro, pero sé que debo mantener las apariencias; al menos hasta que hable con Damon.
Es por eso por lo que aprovecho la oportunidad cuando lo veo entrar al estudio a solas. Corro tras de él y detengo la puerta con mi pie antes de que se cierre por completo.
Me escabullo dentro y cierro la puerta. De inmediato él voltea y se sorprende al verme ahí.
—Zara, ¿qué haces aquí?
—Necesito que me digas la verdad —exijo.
—¿De qué estás hablando? —pregunta, como si no supiera a lo que me refiero.
Sin querer ya estoy llorando, culpo a las hormonas de ello. Empiezo a avanzar hacia él porque, aunque sé que debo tener cuidado, la verdad es que no soporto tenerlo más lejos de mí.
—¿Yo soy tu mate? —interrogo sin