Capítulo 50
Cuando Isadora llegó a la mansión, su pareja favorita ya había salido. En la sala, como de costumbre, Ethan estaba distraído con su teléfono. Ella pensó que ese podría ser un buen momento para hablar con calma, pero él fue más rápido.
Se levantó, sonrió y la saludó con cortesía.
—Justo estaba pensando en ti. ¿Aceptas dar un paseo en coche conmigo por los alrededores? —preguntó, con la voz baja y serena—. Sería bueno conversar… sobre nosotros.
Isadora vaciló por un instante, pero la mirada tranquila de Ethan la convenció. Ella asintió con una leve sonrisa.
—Claro… vamos.
Minutos después, ya estaban en el coche, cruzando lentamente las carreteras arboladas alrededor de la mansión.
—Sabes, Isadora… —comenzó él, con los ojos fijos en la carretera—, he estado pensando en todo lo que ha pasado desde que llegaste aquí. En lo mucho que las cosas han cambiado. En lo mucho que tú has cambiado.
Ella lo observaba de reojo, el corazón ligeramente acelerado.
—Yo también he estado pensan