Capítulo 278
Eran casi medianoche cuando las puertas de urgencias se abrieron. Oliver, con el rostro pálido y la mirada distante, entró acompañado de Matthew y dos enfermeros. El corte en la frente aún sangraba levemente, y el brazo izquierdo estaba vendado. Aunque intentaba parecer firme, su cuerpo temblaba.
— Señor Blake, venga conmigo. Necesitamos limpiar las heridas antes de dar los puntos — dijo la enfermera, conduciéndolo por uno de los pasillos.
Matthew se quedó en recepción, explicando lo ocurrido a la recepcionista.
Minutos después, las puertas automáticas se abrieron de nuevo, y Alexander e Isadora entraron apresurados, seguidos por Hailey, que intentaba mantener la calma.
— ¡Oliver! — gritó Isadora al verlo dentro de la sala de atención. Corrió hacia su hijo, con lágrimas de desespero en los ojos. — Ay, hijo mío... gracias a Dios...
Oliver levantó la mirada y, a pesar de los puntos recién puestos en la frente y del brazo inmovilizado, forzó una sonrisa.
— Tranquila, mamá...