Capítulo 275
En su apartamento, Aurélie entró como un huracán. Puso la mano en el jarrón de flores sobre la mesa y lo lanzó contra la pared, haciendo que los fragmentos se esparcieran por el suelo como piezas de su propio orgullo destrozado.
— ¡No es posible que el destino esté en mi contra! — gritó, jadeante, el pecho subiendo y bajando de furia.
Se apoyó en la mesa, intentando recuperar el control. Las flores caídas, el perfume dulce mezclado con el sonido del vidrio roto… todo parecía burlarse de ella.
— ¡Hice todo bien… todo! — murmuró entre dientes, pasándose la mano por el cabello desordenado. — Y aun así, ella gana… siempre gana… ¿Por qué?
Por un instante, Aurélie cerró los ojos. El odio latía bajo su piel, cálido y vivo como una llama a punto de consumir lo que quedaba de su razón.
Se deslizó hasta el suelo, su cuerpo estaba tembloroso. Abrazó las rodillas con fuerza, la mirada perdida entre los fragmentos esparcidos. Las lágrimas corrían silenciosas hasta sus labios tembloros