Capítulo 238
A la mañana siguiente, todos se despidieron temprano. Roger extendió la mano solo a Livia, que la aceptó con delicadeza.
— Fue un placer.
— Para mí también.
— Nos veremos pronto.
Ella sonrió satisfecha y, con una mirada soñadora, subió al coche junto con los demás.
En el trayecto de regreso a la mansión Blake, Livia se mantuvo callada, con los auriculares puestos, sumergida en sus propios pensamientos. Abrió la aplicación de lectura y buscó otra novela. Sus ojos brillaron al encontrar la portada de un libro llamado La hija del CEO. Leyó la sinopsis, pensando que sería la historia perfecta para alimentar sus sueños: ligera, llena de amor y exactamente lo que necesitaba para seguir suspirando.
Mientras tanto, sus padres conversaban animadamente con sus hermanos sobre lo agradable que había sido el fin de semana y lo bien que todos habían descansado.
Livia, sin embargo, se perdió en las páginas. Con cada capítulo, suspiraba, hasta que su corazón se aceleró con el tan esperad