Capítulo 161
Sacaron a Matthew del agua. Su cuerpo estaba pesado, inerte, empapado de sangre que escurría de su cabeza.
—¡Está respirando! —gritó uno de los hombres, aliviado, apoyando el oído en su pecho. —Pero está muy débil.
—¡Rápido, llamen a la ambulancia!
Otro guardia de seguridad pidió refuerzos por radio. Minutos después, la sirena resonaba por el puerto deportivo, el sol empezaba a salir y Matthew seguía inconsciente.
Lo colocaron cuidadosamente en la camilla. Uno de los paramédicos abrió espacio entre los curiosos y empezó a evaluar:
—Pulso débil, pero estable. Un corte profundo en la cabeza, pérdida de sangre significativa. ¡Vamos a administrar oxígeno y contener este sangrado!
Le colocaron la máscara de oxígeno en el rostro, le pusieron el suero en el brazo y, sin demora, la camilla fue colocada dentro de la ambulancia. El vehículo partió a gran velocidad.
En el hospital, el médico responsable evaluó rápidamente la herida.
—¡Tomografía ya! —ordenó.
Mientras un equipo se en