—No manches, yo tampoco lo creo.
—¿Con quién se ha enrollado ella? Esperen y verán por sí mismos, ¿no es cierto?
Elena era la clase de Larisa, vestida con ropa fresca y parecía inofensiva.
Ella y Larisa compartían el mismo dormitorio, y en opinión de Larisa, su relación era bastante buena.
—Durante las vacaciones de verano, siempre está en ese pueblo abandonado, ¿cómo puede encontrar un novio?
—Puede que simplemente sepa que Camilo y los demás están en la fiesta y trajo a alguien como escudo.
A lado de Elena, una estudiante llamada María Velasco, con el cabello teñido de púrpura y vestida como una chica rebelde, cruzó los brazos y dijo:
—Jódense, no importa si trajo un escudo, si Camilo se encapricha con una mujer, aunque no acepte, tiene que dormir con ella.
—Esperen a que llegue y luego ustedes la convencen de beber y la emborrachan.
—Hoy tengo que hacerle algo realmente malo, tengo que destruirla.
—Quiero que me muestre su lado inocente.
Camilo tiró el cigarrillo que tenía en la man