Al escuchar el término "belleza rural", era evidente que el joven miraba a Larisa con desprecio.
Por su vestimenta y los varios acompañantes que lo respaldaban, era claramente el hijo de una familia adinerada.
No era de extrañar su actitud de mirar a todos por encima del hombro.
—¿Cómo te atreves a hablar así, muchacho? ¿Qué es eso de "belleza rural"?
—¡Discúlpate inmediatamente con nuestra Larisa!
Al oír esto, Federico inmediatamente se adelantó con expresión molesta y lo reprendió en voz alta.
—Exacto, este Elixir de Belleza es un regalo para nuestra Larisa, ¿por qué crees que te lo vamos a vender solo porque tú lo digas?
Liliana estaba igualmente enfadada.
—Jaja, miren, se alteran por cualquier comentario. Esta gente del campo no tiene educación.
—¡Hasta el perro que tengo en casa tiene más paciencia!
El joven ignoró completamente a Federico y Liliana.
De hecho, le parecía graciosa su reacción airada.
Mientras hablaba, miró a Larisa con impaciencia y continuó:
—Belleza rural, ¿acaso