Los meseros, naturalmente, no se atrevieron a desobedecer la orden de Faustino y asintieron mientras iban a traer la sopa de tortuga.
Daniela observaba la escena sin palabras.
La jugada de Faustino era verdaderamente cruel.
Dante ya estaba bastante lastimado y aun así no lo dejaba en paz.
Era realmente malicioso.
Daniela ya no sabía qué clase de persona era Faustino.
No mostraba ningún interés por el dinero, a veces parecía tener principios, y otras veces era bastante vengativo. Aunque considerando todo lo que Dante había hecho, la venganza de Faustino no parecía injustificada.
—Vamos a descansar.
Después de la cena, Daniela llevó a Faustino a registrarse.
Hay que admitir que las habitaciones del Hotel Horizonte eran realmente buenas.
Daniela reservó dos suites presidenciales, alojando a Faustino junto a la suya.
—Como ese Dante sigue por aquí, será mejor que te quedes tranquilo en tu habitación.
—Si necesitas algo, solo llama al servicio del hotel. No conoces la zona, así