Luz:
Al fin llegas, creí que tendría que ir a buscarte, ojos marrones.
Mi cuerpo se tensa al ver al gran jefe sentado muy tranquilo en el sofá.
¿-Que... Que..? ¿Haces aquí? Pregunto nerviosa. Mirando como dos hombres armados se levantan.
Agarro a las chicas e intento dar la vuelta para escapar, pero tres hombres más están detrás de nosotras.
- No tienes escapatoria, pequeña bastarda. Ríe mientras fuma un cigarro.
¿- Que quieres de mí?, recuerdo que usted me hecho de la tribu, sin compasión. Hablo con resentimiento.
De pronto siento un golpe en mis costillas obligándome a colocarme de rodillas.
-Ten mucho cuidado de como te diriges a mi maldita bastarda, debes de tenerme respecto y permanecer callada cuando digo algo o ¿Quieres que te enseñe otra vez como respetar?
Me levanto del suelo, me acerco a él y le escupo.
-Respecto mi trasero, maldito imbécil.
Una bofetada decoró mi hermosa mejilla en ese instante.
Escuché a las chicas intentando defenderme, pero los hombres la detuvieron agar