Zeynep Aslanbey decide escapar de su país dejándolo todo atrás, su lujosa vida, su familia, sus amigos y un compromiso organizado por sus estrictos padres. Francia, un nuevo lugar donde podrá ser ella misma sin temor a ser juzgada. Todo iba bien en su vida, asistía a la Universidad, tenía un buen trabajo y nuevos verdaderos amigos que nunca la traicionarían. ¿Qué más podía faltar? Oh claro, el chico culpable de sus muchas noches de insomnio. Noah Lambert, alguien muy sexy por su propio bien…alguien que ni la hora le daba. Deseaba que fuera el típico badboy mujeriego para tener alguna oportunidad de intercambiar palabras, pero no, él era todo lo contrario, él no era un chico malo, no era un mujeriego, no mostraba sus sentimientos hacia nadie quien no fuera su familia, no reía, no sonreía y nunca su mirada iba dirigida a ella, hasta ese día...
Leer más— ¡Zeynep! —escuché mi nombre en un grito, no tardé mucho para sentir como se abalanzaba hacia mí.
Mi espalda.
—Creí que ya habíamos hablado sobre esto —recordé, haciendo referencia a su delicada forma de saludar—. Terminaré sufriendo de dolores de espalda al terminar la carrera, por Alá que no suceda, necesito estar sana.
—No te vi en todas las vacaciones —reprochó Emma, bajándose y dejando libre mi espalda, lo cual agradecí internamente—. Deja tu dramatismo, ese es mi saludo donde te expreso cuanto te extrañé estas vacaciones.
—También te extr… —Una voz mucho más fuerte me interrumpió.
—Hoy te llevaré yo. No te vayas a tardar, odio esperar —parpadeé varias veces asimilando la situación en la que nos encontrábamos.
Era Noah.
Noah detrás de mí.
Noah lo suficientemente cerca como para sentir el calor que emanaba su cuerpo y el olor de su colonia, mi olor favorito.
Era la primera vez que estábamos tan cerca, mis piernas parecían gelatinas.
—Pensé que Ethan me llevaría —Emma me miró extraña, trataba de decirme algo, pero no entendía.
Era mala para las señas.
Me moví un poco, no quería estar tan cerca suyo al voltearme…tal vez no lo soportaría y me caería.
Sí, así de patética.
—Cambio de planes, no te vayas a tardar.
Como siempre no se había percatado de mi presencia, lo observé hasta que dobló una esquina y desapareció.
Esta situación ya era algo más allá de la friendzone, considerando que ni siquiera éramos amigos, esto era la mismísima nada.
—Deberías permitirme decírselo, todo sería distinto si él lo supiera —oí a Emm decir a mi lado.
Negué levemente.
—No cambiaría absolutamente nada si lo supiera—expliqué, retomando el camino a la primera clase del día.
Bioquímica
[…]
—Quiero nuevas vacaciones, las exijo —reí sin poder evitarlo—. Demasiados libros por leer.
—Recién empezamos semestre y tú ya quieres vacaciones —negué sonriendo—. Eres imposible Emma Lambert. Debiste de haber elegido otra carrera.
—La medicina es una carrera agotadora, lo sabía desde pequeña al ver a mamá y a mis tíos, pero, es algo que he querido estudiar desde que tengo memoria —la miré de reojo, notando como su mirada se perdía—. Es frustrante cuando no puedes ayudar a una persona que amas.
— ¿A quién?
Detuvo su andar y me observó, su mirada era demasiado intensa e intimidante, me recordaba a la del señor Lambert.
—A Noah.
— ¿Por qué? —pregunté de inmediato.
Todo lo que pasaba con Noah me importaba y esto era algo que desconocía.
—Es algo muy personal para él, no puedo decírtelo —asentí entendiendo, tal vez más adelante lo sabría—. ¿Y tú por qué elegiste medicina?
Retomamos el camino mientras pensaba en una respuesta convincente.
—Me encanta ayudar a la cantidad de personas posibles y ahora poder salvar una vida, es algo grande y quiero ser parte de ello, aunque implique muchas responsabilidades.
—Es algo muy lindo, tenemos que ayudar a este mundo de m****a —fruncí mi ceño al escucharla—. Lo siento, sé que no te gustan las malas palabras, pero es inevitable no decirlas.
—Estoy en otro país y es una cultura diferente, me terminaré acostumbrando, tranquila —me encogí de hombros despreocupada.
— ¿En tu casa nunca decían malas palabras? —Negué—. ¿Ni una?
—Vine a escuchar la primera mala palabra acá en Francia, mis padres son muy estrictos, ya te podrás imaginar mi educación.
—Casi nunca hablas de tus padres, por no decir nunca —empecé a incomodarme por el rumbo de la conversación, siempre pasaba lo mismo cuando alguien tocaba el tema de mi familia. Aun no me sentía lista para hablar con la verdad—. He notado que tienen una mala relación, espero que en estas vacaciones que pasaron hayan podido mejorarla.
Tener que hablar de mis padres me ponía nerviosa a tal punto de tener las manos sudorosas. Quería contarle toda la verdad, pero sabía que no era el momento. Si habría pasado las vacaciones con mis padres, no estaría aquí en Francia.
—Es que me haría rec...recordarlos y me pondría triste, son muy estrictos, pero son buenos, soy su única hija y sé que me quieren y tal…
—Espera —me interrumpió de repente—. ¿Me lo dices a mi Zeynep? Porque pareciera que te estuvieras auto convenciéndote a ti misma.
Odiaba que Emma fuera tan cuidadosa, detallista, minuciosa e inteligente con todo. Nunca podía pasar por desapercibido alguna situación o palabra que saliera de mi boca para ella…y lo peor, nunca se callaba absolutamente nada.
Pero aun así la amaba mucho.
—Te-Tengo que irme —comenté segundos después al no encontrar respuesta a su preguntó. Sí, me auto convencía a mí misma, cosa que usualmente lo hacía—. Tengo un compromiso y llegaré tarde.
Que Alá me perdonara por tantas mentiras. —pensé para mis adentros.
—Quedamos en que hoy irías a mi casa —recordó confundida—. ¿Ya no quieres ir?
—Claro que sí, pero no puedo debo ir al compromiso—mi intento de justificación era un asco.
— ¿Sabes que soy muy buena leyendo a las personas? —asentí—. Entonces iremos a mi casa y no volveré a tocar el tema de tus padres. ¿Te parece?
Veces como esta adoraba esa cualidad que poseía Emma, sabia cuando debía detenerse y justo ahora era ese momento
—Vamos, Noah nos está esperando —me detuve abruptamente al recordar ese gran detalle, hoy era él quien la llevaba.
No podía estar en un lugar tan pequeño, a pocos metros del. No era yo misma y ese día lo había confirmado.
Sin darme cuenta había empezado a caminar y me encontraba subiendo a su auto.
Estaba en el auto de Noah Lambert…
Era la primera chica en esta universidad aparte de Emma que se subía a su auto. Esto era un gran avance y me sentía completamente feliz, creo que estaba a nada de ponerme a reír sin razón alguna.
Bueno, si había una razón.
—Pensé que solo eras tú —su comentario me trajo de nuevo a la realidad—. No subo a mi auto a desconocidas… que se baje.
Abrí exageradamente mis ojos, era muy bueno para ser realidad claramente.
—Noah no empieces —Demandó Emma.
— ¿Por qué no te bajas? —me preguntó directamente a mí, estaba mirándome por el retrovisor. Quedé helada en mi lugar, esa no era la mirada con la que muchas noches había soñado que me daría, estaba lejos de serla—. ¿Acaso no escuchaste niña?, ¿eres sorda?
Parpadeé varias veces evitando que las lágrimas que querían salir, no lo hiciera, sería humillante para mí.
Este es el momento donde te bajas y sales corriendo —dijo mi subconsciente.
Era justo lo que haría, pero mis piernas tenían una desconexión con las órdenes que mi cerebro mandaba.
—Deja de ser tan estúpido con mi mejor amiga Noah—le riñó, empezando a enojarse—. Ella no se bajará, no quiero volver a escuchar que le digas algo como eso. Por una vez en tu vida sé amable con una persona que no pertenezca a tu entorno.
Noah no dijo nada, solo arrancó.
Su mirada era neutra y desde mi asiento podía ver como apretaba el volante fuertemente. En el aire se respiraba una tensión abrumadora.
—Oye para aquí, tengo que bajarme —dijo unos minutos después, la miré confundida. ¿Qué estaba pasando? —. Papá me necesita en la empresa, ustedes vayan a casa, los alcanzo más tarde.
—Emma —susurramos Noah y yo al unísono.
La susodicha se rio mientras abrió la puerta. Hizo un gesto de que saliera rápidamente y así lo hice. No podría estar en ese auto a solas con él, en la primera oportunidad me tiraría.
—Gracias —murmuré.
—Aun no me des las gracias Zeynep Aslanbey, aún no he hecho nada por ti —arrugué mi ceño empezando a considerar de nuevo la idea de irme corriendo—. Noah —lo llamó—. Se bueno con Zeynep.
Me empujó adentro del auto, quedando esta vez en el lado del copiloto. Le rogué con la mirada que no lo hiciera, pero solo siguió con su sonrisa diabólica y se fue.
Después que pusiera nuevamente en marcha el auto, llevé mis manos a mi regazo, limitándome a respirar muy suavemente. Fueron los peores quince minutos de mi vida. Sí, había contado cada segundo y minuto que pase encerrada en su auto. Estaba tan rígida que creía que me compararía en ese momento con un bloque de cemento.
Cuando aparcó, me apuré en salir cuanto antes, cuando pensé que ya podía respirar tranquila su mano me detuvo.
Nuestro primer contacto.
—Zeynep —mi corazón golpeó fuertemente contra mi pecho al escuchar mi nombre salir de sus labios, nunca antes me había gustado tanto mi nombre como en este momento.
—S-Si.
—Aléjate de mi familia, aléjate de mi hermana —me volteó abruptamente. Quedamos cara a cara y ambos nos alejamos de inmediato.
—No entiendo —dije.
—Sé la clase de persona que eres, no dejaré que utilices a mi hermana para tus estúpidos planes.
— ¿Qué clase de persona soy? —pregunté a nada de ponerme a llorar, la forma en que me miraba era como si fuera la peor persona de este mundo. Estaba equivocado.
—No te hagas, sé que detrás de esa cara de niña ingenua se encuentra una víbora en busca de dinero y quien sabe que otras cosas más —insinuó lo último.
Un gemido de dolor brotó de mis labios, ¿Cómo era posible que pensara eso sobre mí?
—Te equ-equivocas, no soy así —musité, sintiendo como lágrimas recorrían mis mejillas, mi vista se nubló poco a poco—. Por favor no pienses eso de mí.
— ¿Piensas que llorando me convencerás? No soy estúpido como mi familia, sé que quieres algo de nosotros, sé que deseas algo y te juro que no lo lograras.
—No es lo que piensas —traté de hacerlo entrar en razón.
— ¿Qué es lo que quieres? —Se acercó y me agarró por los brazos—. Dímelo Zeynep.
A ti —pensé.
—No quiero nada —siempre deseé que su mirada estuviera puesta en mí, pero ahora que sucedía, lo único que podía desear era que la retirara. Me partía el alma ver como esos cielos me observaban con aborrecimiento.
—Lo interesada se te nota a miles de kilómetros Srta. Aslanbey
—Usted no se queda atrás Sr. Lambert, la insensibilidad para tratar a las personas y lo estúpido que es, es algo que —me detuve cuando me di cuenta que acaba de llamarme por mi apellido.
— ¿Cómo sabes mi apellido? —pregunté.
Él frunció su ceño y se separó cuando escuchamos el sonido de un auto, ambos volteamos a ver quién era.
—Aléjate de mi familia —fue lo último que dijo antes de irse a paso rápido haciendo caso omiso a los gritos de advertencia del Sr. Lambert para que se detuviera.
PARTE DOS FLASHBACK EMMAAbrí los ojos lentamente para acostumbrarlo a la luz de la habitación. Sentía como si un camión me fuera arrollado, estaba tan cansada que respirar era tan difícil.—Cariño —escuché a Ana y fijé mi vista en ella—. ¿Cómo estás?, ¿Cómo te sientes?Tenía los ojos rojos y estaba muy demacrada, lo que me confundió.—¿Q-Qué pasó? —pregunté totalmente confundida con la situación—. ¿Por qué tienes cara de muerta?, ¿por qué estoy aquí?—¿No recuerdas?—¿Qué cosa?, ¿por qué estoy aquí? Se supone que debería de alcanzar a Zeynep. ¿Qué hora es? Dile que lo siento, más tarde la recompensaré —sus ojos se pusieron vidriosos y rápidamente las lágrimas cayeron—. ¿Por qué lloras, mamá?Intenté sentarme, pero el dolor en mi abdomen bajo lo impidió, nunca había sentido este tipo de dolor tan fuerte y agudo.—N-No te muevas, no puedes moverte cariño. Tuviste —se detuvo y suspiró, la miré confundida—. Tienes que descansar, estas embarazada y afecta... ¿ok?—No estoy entendiendo nad
FLASHBACK DE CUANDO ZEYNEP LE DISPARARON. POV EMMAMordía mis uñas de los nervios y la preocupación ahora por Zeynep.¿Por qué mierda se iría de la clase?, ¿a dónde habría ido?, ¿debería de llamar a Noah?Esa mujer tenía algo raro desde que llegó de Rusia.Saqué el teléfono para marcarle a mi hermano cuando Zeynep entró por la cafetería muy...feliz.— ¿En dónde estabas? —curioseé en cuanto llegó a nuestra mesa. Siempre nos sentábamos en ella—. Te perdiste por quince minutos. ¿Acaso pondrás una bomba? AlashalmRio y solo negó.Estaba rara.— ¿De dónde sacas tantas cosas?—No lo sé —ladeé un poco mi cabeza y achiqué mis ojos mirándola, algo pasaba—. Te noto distinta, ¿Qué será?—Nada —dijo rápidamente. Como lo pensé, algo pasaba—. Vamos, no puedo tardarme tanto, Noah vendrá a recogerme en media hora.Habíamos acabado ya todas las clases del día y justo ahora no quería salir de la cafetería. ¡No iba a poder!— ¿A dónde? —la miré confundida.—A la facultad de artes —ah con que era eso. M
CAPÍTULO SORPRESAEthany LiaPOV. EthanTres días después.Arrugo mi ceño al ver una cantidad de maletas en la sala de estar, al ver como las chicas del servicio empiezan a llevarlas arriba, después de un breve saludo, me doy cuenta que tenemos un invitado.¿Quién ha llegado?— ¿Dónde está mi papá? —le pregunto a Sonia, quien se encontraba acomodando unos floreros.—El Sr. Lambert no ha llegado desde hace tres días.— ¿Por qué?—No lo sabemos joven Ethan, hace tres días preparamos una maleta para él y para el joven Noah.Me voy tres malditos días y desaparecen.—Ok, ya puedes seguir —indico, pero antes que continúen ya me encuentro acercándome a ella—. Te he extrañado.—No más que yo—susurra a milímetros de mis labios.Alzo mi vista para verificar que nos encontramos solos y la aprisiono a la pared. Llevo mis manos a su rostro acariciándolo, me encanta su piel, la manera en que su cuerpo vibra al sentir mi tacto, sus hermosos labios.Joder, me encanta todo de ella.No me aguanto más y
CAPÍTULO 68Meses después. Aun no me acostumbraba a la usencia de Aysel, pero sabía que estaba feliz en Turquía y el trabajo estaba mucho mejor que antes, lo que recompensaba el vacío que había dejado aquí en la empresa y en mi vida. Mi hijo había sido operado un mes atrás y estaba recuperándose con éxito, no podía de la felicidad e igual su madre, con el hijo del mal nacido de Ömer estaba forjando una relación, aun me costaba, pero por mi familia tenía que hacer lo mejor que podía.Mi relación con mi amada y adorada esposa iba en ascenso cada vez más, nos habíamos tomado la tarea para recuperar todo el tiempo perdido y estaba resultando un completo triunfo, el único problema en mi vida era la desaparición de mi leona, no había día en que no trabajara para encontrarla, pero estaba siendo difícil hasta que gracias al mensaje en clave que me había dejado dos meses atrás, supimos que se encontraba en Colombia, según el mensaje estaba bien y que ella misma volvería después de ter
CAPÍTULO 67Me había despertado más temprano de lo normal para tener la oportunidad de encontrarme con Aysel, quien apropósito llegaba muy tarde y se levantaba mas temprano de lo normal para evitarme. Al principió agradecí que lo estuviera haciendo, no sabía que decir, no tenía el coraje para verla a la cara y saber que posiblemente estuviera sufriendo por mi culpa.Me detuve un momento cuando la vi en la cocina, terminando de desayunar para huir.—Aysel —dije, haciéndola tensar de inmediato—. Acompáñame, necesitamos hablar.Salí hacia mi oficina, sería el único lugar donde estaba seguro nadie podría escuchar nuestra conversación. Aun no tenía ni la menor idea de lo que diría, pero necesitaba hacerlo ahora…no podía retrasar lo inevitable.Cuando entró y cerré la puerta, la invité a sentarse en uno de los muebles y posteriormente lo hice yo…a su lado.—Necesito ir a trabajar, Noah…¿Qué sucede?—Lo siento, lo siento Aysel —la miré fijamente a los ojos y me sorprendí, había olvidado lo f
CAPÍTULO 66Me detuve un momento e inhalé hondo, tenía que estar consciente de que estaba sucediendo, que esto era real y no un puñetero sueño en el que terminaría despertándome tarde o temprano, era tan malditamente real que dolía…y mucho.—¿Por…qué te de-detienes? —preguntó.Ambos estábamos desnudos, en mi habitación y simplemente tuve que detenerme antes de penetrarla, tenía que asegurarme que estaría bien y que no sufriría un paro cardiaco o peor, que terminara viniéndome apenas intentara entrar. Eran muchas cosas las que pasaban por mi mente justo en este momento.—¿Estas segura? —fue inevitable no preguntar, aunque recordara algunas cosas, no recordaba todo un cien por ciento y eso me daba nervios—. No quiero hacer nada que no quieras, nunca te obligaría.—Noah —agarró mi rostro entre sus pequeñas y suaves manos—. Quiero hacerlo, lo deseo, lo anhelo…no hay nada que quiera más en este momento, que…esto.Una sonrisa se abrió paso por mi rostro al escucharla, cuando la veía, cuando
Último capítulo