Dos años atrás
Dante
Sentía ira, con cuidado me alejé y, desde un punto donde creí que podía disparar, lo hice. Estos no serían los muñecos de los entrenamientos. Aquí iba a iniciar mi lista de muertos y eso sucedió, comencé a matarlos. Las palabras de mi abuelo Fausto llegaron a mí…
—Hijo.
Esa mañana lo ayudé con el ganado para marcar, sus achaques se habían vuelto más seguidos. Desde hace tres meses pasa más en el médico que en casa, según sus palabras.
» Estos achaques me han puesto a pensar mucho. Quieres seguir los pasos de Roland, ¿cierto?
—Sí, abuelo. —tomé el hierro para marcar la vaca.
—Sabes que vas a matar seres humanos. ¿Cierto?
—Serán los malos.
—Puede ser, pero matarás.
—Lo tengo claro, abuelo, por eso Cooper me enlistó en un programa de la agencia; estaré del lado de los buenos.
—Puede que así sea. Sin embargo, el día en que lo hagas, cerciórate en que sea solo en caso de vida o muerte, puedes organizar grandes rescates de niños maltratados en todo el mundo; no obst