En el coche, Jazmín giró la cabeza para mirar a Theo, sin decir nada.
El hombre le tomó la mano.
La voz de Theo era profunda y ronca:
—En el futuro, ella no volverá a aparecer en tu mundo.
Él entendía a esa clase de chicas.
Aprovechándose de su belleza, siempre tenían una última carta en la mano, no se atrevían a llegar al punto de rompimiento total. En el peor de los casos, terminarían siendo amantes de hombres ricos.
Esa clase de hombres no eran tan jóvenes y atractivos como Omar, la mayoría eran hombres de mediana edad de más de 40 años.
Cuánto dinero pudiera conseguir dependería de las habilidades de Daniela.
Jazmín no dijo nada.
No habló a favor de Daniela, pero tampoco la criticó. Como había dicho Theo, personas como Daniela no deberían aparecer en su círculo social.
La lujosa camioneta negra se dirigía hacia el apartamento, el espacio silencioso y tranquilo.
Solo quedaba en la joven esa fragancia dulce y fresca de flores.
Era la nostalgia de diez años de Theo.
***
Después, Danie