A finales de mes, Lucas se había recuperado de sus heridas y comenzó a trabajar.
Empezó a insistir con la mujer para tener citas a solas, solo ellos dos.
Susana ya tenía la respuesta en su corazón, estaba dispuesta a estar con él. Los hombres y mujeres adultos no necesitan demasiadas reservas, un fin de semana sin trabajo extra era el momento más apropiado.
El viernes, Susana recibió una llamada de Lucas, era una invitación entre amantes.
La mujer tomó el teléfono, en su mano tenía una tarjeta llave que Lucas le había dado la vez anterior. En el teléfono, el hombre hablaba con ternura, la mujer dijo que sí en voz baja, y luego ambos lados permanecieron en silencio durante un largo tiempo.
Ese silencio también era conmovedor, reprimido, a punto de estallar.
El hombre contuvo su alegría desbordante y dijo en voz baja:
—Entonces iré primero a preparar todo, cuando esté listo iré a recogerte.
—No.
Susana dijo suavemente:
—Iré yo sola.
***
Esta noche contaba como su cita oficial.
Susana se