Ella percibió que él había entrado, con la voz ronca e indiferente:
—Vete, y no vuelvas más.
Lucas se acercó por detrás de ella, quedando a solo un paso de distancia. Tenía muchas ganas de tocarle el hombro suavemente, pero no era apropiado, así que la mano que había levantado volvió a bajar silenciosamente, convirtiéndose finalmente en un suspiro de impotencia y amargura:
—Jazmín no puede verme, va a llorar y hacer berrinches. Me necesita.
Susana tenía los ojos enrojecidos:
—Sí, va a preguntar por ti, va a llorar y hacer berrinches. Pero preguntando y llorando, eventualmente dejará de hacerlo, poco a poco te olvidará, y también olvidará el daño que tu esposa le causó. Lucas, debes saber que fue Bella quien se pasó el semáforo en rojo y causó el accidente, ¿verdad? Además, en el momento crítico, ella no se preocupó por Jazmín para nada, solo pensó en salvar su propia vida. Todo esto, ¿cómo piensas compensarlo?
Al hablar de esto, ¡aún sentía un dolor desgarrador en el corazón! No podía